domingo, 5 de octubre de 2014

SER DE IZQUIERDA O DE DERECHA

La reunión de la “izquierda latinoamericana” escenificada en Quito con motivo de conmemorar el cuarto aniversario de la revuelta policial llamada 30-S, parece ser a primera vista un ejercicio democrático respetable.  

Porque realmente en política no hay nada mejor que las personas, en ejercicio de sus libertades, puedan concurrir a cónclaves de diverso tipo para evaluar los temas que les preocupan, y sacar conclusiones, incluyendo las respuestas a las amenazas que consideran importantes enfrentar, en la lucha por el poder.  Esto dicho, al margen de que quienes se reúnan proclamen estar ideológicamente ubicados en la izquierda o en la derecha. 

Y aquí viene mi primera y única reflexión sobre este asunto: ¿Qué significa ser de izquierda o de derecha?  

Como se sabe, ambos términos se acuñaron en la Revolución Francesa, cuando los que planteaban      —entre otras reivindicaciones— terminar con el antiguo régimen encarnado en la monarquía de Los Capeto, se sentaron en el ala izquierda de la sala de sesiones de los Estados Generales; y los que defendían al sistema se ubicaron a la derecha.  

Con los siglos, los revolucionarios o quienes justifican su accionar político bajo el argumento de que son partidarios de promover cambios en la sociedad, se auto incluyen en la izquierda.  Y cuando actúan con sectarismo, ven todo solo con el ojo izquierdo; y pretenden que en el espectro socio político y económico que desde su punto de vista sustentan, está lo bueno y deseable para la sociedad. Y que en lo que llaman derecha, está todo lo malo. 

Para completar mi reflexión acudo a José Ortega y Gasset: “Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de hemiplejía moral. Además, la persistencia de estos calificativos contribuye no poco a falsificar más aún la «realidad» del presente, ya falsa de por sí, porque se ha rizado el rizo de las experiencias políticas a que responden, como lo demuestra el hecho de que hoy las derechas prometen revoluciones y las izquierdas proponen tiranías”. 

Esto lo escribió el Maestro español en 1937.  (“La rebelión de las masas”) Y en 77 años, su juicio es tan actual que no cabe hacer más comentarios al respecto. Solo hay que reflexionar. Y sacar conclusiones. 


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