martes, 28 de junio de 2011

JUSTICIA POR MANO PROPIA

El caso del ciudadano que arrolló y mató a uno de los dos delincuentes que asaltaron a su esposa y a su pequeña hija en Los Ceibos, plantea una incipiente pero firme reacción defensiva de la ciudadanía, la cual seguramente irá tomando cuerpo frente a la ineficaz acción policial para proteger bienes y vidas de las personas. La cuestión de fondo es saber si ahora las fuerzas del orden no tan solo deberán ocuparse de perseguir y reprimir a los criminales, sino también a quienes alegando el legítimo derecho a la defensa, los repelen valiéndose de cualquier medio, incluyendo el de echarles el vehículo encima.

Y el asunto no es simple: los funcionarios del gobierno a cargo de la seguridad ciudadana, ya han revelado una fórmula para esconder su ineptitud frente al hampa. En algunos momentos recurren sin pudor a las estadísticas para asegurar que los índices delictivos están a la baja. Y en otros, optan por declarar que los asesinatos son únicamente "ajustes de cuentas", como si esa explicación tan elemental fuera suficiente para tranquilizar a los ecuatorianos, que ya no se sienten a salvo ni en sitios públicos ni en sus casas.

En lo de fondo, el tema tiene que ver con las actitudes del poder frente al crimen.

Me explico: ladrones y asesinos siempre han existido. Pero las autoridades por lo menos declaraban estar del lado de las víctimas, y jamás intentaban ni minimizar los embates criminales, ni de explicarlos o, lo que es peor, justificarlos. Con el advenimiento de la Revolución Ciudadana los patrones de respuesta del poder público cambiaron: se llegó a sostener que era una "percepción" azuzada por la prensa para dañar la imagen del gobierno de las mentes lúcidas, corazones ardientes y manos limpias. Y luego, se sostuvo que todo era causado -especialmente en Guayaquil- por el modelo de desarrollo de la ciudad, que magnificaba según esa teoría, las diferencias socio económicas entre ricos y pobres. Tamaño despropósito se vio rubricado por la visita del Presidente de la República a la penitenciaría, proclamando que quienes estaban encarcelados eran víctima de la acción de un partido político. Así es que robar era apenas la manifestación de la lucha de clases. Peor si el objeto del atraco era un teléfono celular.

El efecto que ha creado sobre la sociedad este manejo de la seguridad pública es devastador. Para quien va a perpetrar un robo, su objetivo es salir con el bien que apetece. Y si para cumplir su objetivo tiene que asesinar, pues así lo hará porque está convencido de que el atracado debe someterse a sus designios sin oponer la más mínima resistencia.

Frente a esta realidad, la gente de bien buscará la mejor manera de responder. Y si se les prohíbe portar armas, (pues si la policía -ahí sí de manera diligente- lo cachea y le encuentra una, lo apresa sin ninguna consideración), entonces lo lógico es que se busque cualquier otro medio de defensa, incluyendo el de tirarle el vehículo encima al delincuente.

La sociedad ecuatoriana está entrando a una vertiginosa espiral de violencia. Porque ante el combinado efecto impuesto por el círculo delincuencia-policía-jueces, los ciudadanos terminaremos concluyendo que la mejor justicia es la que se hace por mano propia. Y ahí sí que podremos llegar a un punto de dificilísimo retorno. Será lo más parecido a una guerra civil. Que Dios nos ilumine, incluyendo al gobierno.


sábado, 25 de junio de 2011

PROHIBIDO OLVIDAR (2)

El Presidente Correa ha intentado hoy, en su cadena sabatina, de culpar a los medios comunicación por haber publicado que remitió al extranjero una parte de la indemnización de US $ 600.000 que ganó mediante fallo judicial al Banco Pichincha. Y está bien que el Presidente Correa se defienda de lo que le imputa la prensa. Pero no está bien que para su defensa, culpe a la prensa por el simple hecho de haber publicado una noticia.

Me explico: la prensa -hasta donde he leído- no ha destacado la transacción que por US$ 333.000, el Presidente realizó para adquirir un departamento de apenas 62 metros cuadrados y una pequeña terraza, en Ottignies, Bélgica. Lo que hizo la prensa fue destacar unas declaraciones de Correa, quien decía entre otras cosas, que no buscaba su beneficio personal con la indemnización que reclamaba; y que por esa razón de pronto la donaría, sometiéndose a lo que el pueblo le indicara al respecto... Sin embargo al final sí se benefició, porque incrementó su patrimonio. Esta verdad, basada en el registro de los hechos, fue lo que la prensa independiente, simple y llanamente informó. Prohibido olvidar...

La prensa también dio cabida a las inverosímiles declaraciones del Canciller Patiño, quien no tuvo empacho en recurrir a una metáfora gastronómica para explicar a su ocasional audiencia consternada, que lo que el Presidente Correa había hecho transfiriendo dinero de él, de su propiedad, al extranjero, era como decidir entre comer en Burger King o en Las Menestras. ¡Vaya comparación! Mas al margen de lo sugestivo que esta pueda ser, cabe preguntarse si Patiño habría recurrido a semejante maroma para condenar a un pelucón por haberse comprado un departamentito en Miami. ¡Prohibido olvidar!

No creo que al Presidente Correa deba merecer reproche por haber comprado un pequeño departamento en Bélgica. Tampoco creo, como razonan algunos demagogos, que es injusto que una minoría de ecuatorianos se de el lujo de planificar con muchos años de anticipación la universidad de Estados Unidos o de Europa en la que estudiarán sus hijitos, mientras apenas un porcentaje mínimo de connacionales tienen acceso a los estudios superiores en centros educativos ecuatorianos, y la gran mayoría de jóvenes no tiene ni idea de si podrán iniciar (peor concluir) una carrera universitaria. Miren no más lo que le cuesta a un pobre inmigrante en España, o en Italia o en la misma Bélgica -de esos que siguen saliendo a correazo limpio del País- ir a trabajar allá, a Europa o a Estados Unidos, para sostener a sus hijos aquí, para que estudien aquí, para que sean profesionales aquí. Correa está cambiando la historia. No hay duda. Es un abanderado.

Prohibido olvidar


miércoles, 22 de junio de 2011

DESMESURA

No es casual la presencia de altos funcionarios del gobierno como protagonistas de un "plantón" para presionar la condena del ex jefe de la Escolta Legislativa acusado de ser uno de los autores del "chapazo" del 30 de septiembre. Ese gesto desmesurado, inédito en la vida nacional, revela primariamente cómo en el círculo cercano al Presidente de la República, hay afanes de controlar a la justicia para convertirla en instrumento de los odios que alientan sus ánimos de venganza.

Ante semejante escenario de intimidación, será muy difícil para la justicia actuar y pronunciarse de manera independiente. Y el oficial de la policía enjuiciado seguramente deberá esperar lo peor. Pero no habrá mejor testimonio para demostrar que, si se lo sentencia, es por razones políticas, conforme registran las fotografías en las que públicamente se vio a tan altos empleados públicos, empeñados en obtener un fallo condenatorio...

El asunto es grave. Imaginen por un momento la actuación de los jueces, pendiendo sobre ellos la amenaza de ser barridos de la Función Judicial, por ese Consejo de la Judicatura de Transición, que de acuerdo a la pregunta 4 aprobada en el Referéndum del 7 de mayo, estará integrado por tres personas cada una en representación del Ejecutivo (o sea del Presidente Correa), del Legislativo ( o sea, también de Correa, pues éste controla al Corcho y a su Asamblea), y de la Función de Transparencia y Control, (para variar, también afín al Presidente Correa, ¿o ustedes creen que la vista gorda del Contralor Pólit -quien preside la tal Función de Transparencia- es meramente accidental?)...

Por esto solo me explico la acción de los mencionados funcionarios públicos, como un acto de desmesura; pues no cabe en la práctica política que ellos registran, tamaño gesto de ingenuidad, con el cual han franqueado los caminos de la defensa del ex jefe de la escolta legislativa, para recurrir a los organismos de la justicia internacional competentes, demostrar que es perseguido político y consecuentemente recibir, en su momento, una jugosa indemnización del Estado, que sería bueno se la hagan pagar a esos funcionarios ejerciendo el derecho de repetición.

Los antiguos griegos censuraban esos actos de desmesura, en especial cuando nacían del ejercicio del poder. Los denominaron hibris; y hasta ahora son considerados como una demostración de arrogancia, que arrolla sin contemplaciones a los demás, atribuyéndoles todos los actos de corrupción posibles. En política, la hibris es el manejo prepotente del poder, para satisfacer hasta los más recónditos y oscuros afanes de venganza, de revanchismo social, de descalificación de adversarios potenciales o reales, de -en fin- dominio absoluto, sin moderación posible.

El mismo 30-S fue un acto de desmesura demencial.

domingo, 19 de junio de 2011

El Presidente Correa y la estadística

En su última sabatina el Presidente Correa apelando a su condición de estadístico, pretendió demostrar lo mismo que ha venido diciendo siempre sobre la inseguridad pública: que ésta, no fue creada por su gobierno, pues ya había robos y asesinatos mucho antes de 2007; y que todo era consecuencia de las exageraciones mediáticas de la prensa corrupta...

Y entonces, sacó las cifras para exhibirías como respaldo a sus asertos: dijo que según sus estadísticas, los homicidios han bajado 15,32 por ciento; el robo a domicilios, 0,78%; el robo a locales comerciales, 4,31%; el robo de carros, 2,04%; y el robo de motos 5,38%. O sea que si antes mataban a 100 personas, ahora solo asesinan a 85; si antes robaban en 100 casas, ahora -gracias al gobierno de la revolución ciudadana, "prohibido olvidar"- solo roban en 99 casas; en 96 locales comerciales; y a 98 personas les arrebatan sus carros y a 95, las motocicletas. Dijo que lo único que había aumentado era el robo a personas, que subió 28,71% pero porque el dato incluía la sustracción de teléfonos celulares que se denuncian como robados para recuperarlos a través del seguro.

Cuando dijo eso "de manera didáctica" (como consignó, embobado, un periodista en su twiter), se apoderaba de mí una gran indignación, porque constataba impotente cómo el Primer Mandatario le ha tomado gusto al deporte de meterle el dedo a los ecuatorianos, sin que estos por lo menos ensayen un gesto de rechazo.

Es que la cuestión no está en que ahora se mate o se robe "menos"; la cuestión reside en que la ciudadanía ha perdido poco a poco, el elemental sentido de seguridad pública que le permite salir a las calles a comprar, a pasear o a trabajar. Es imposible que en cualquier reunión social los presentes no platiquen que algún familiar o conocido ha sufrido un robo, o un secuestro-express, o cualquier otro atentado criminal tanto a pie como abordo de sus vehículos. Eso, a despecho de la estadística que el Presidente dice saber manejar.

El Presidente Correa ya usó sus dones de estadístico, para explicar por qué la paliza de 8 a 1, de 6 a 1, de 3 a 1 y de 2 a 1 que sucesivamente él y sus corifeos anunciaban como resultado de la Consulta del 7 de mayo pasado, apenas se convirtió en un esmirriado triunfo electoral. Entonces reveló ante un país absorto, que la imagen del Ecuador que él visualiza desde el poder, no es la realidad que el resto de ecuatorianos palpamos y vivimos todos los días, sino la que -desde sus afiebradas visiones mitómanas- él ha construido, como imaginario de una sociedad que existe en pleno goce de felicidad, porque está cruzada de carreteras de hormigón; porque está llena de hospitales, donde la muerte de neonatos es una ficción alentada por la prensa corrupta; porque hay escuelas del milenio donde se forma la meritocracia del futuro, a despecho de locales escolares que no tienen bancas ni baños; porque hay tanta infraestructura energética que se da el lujo de castigar el consumo; etcétera...

Entonces la delincuencia no es -dentro de esa visión- un problema social o político que debe resolverlo el Estado en forma directa, sino aplastando a los que tienen; porque el solo hacho de tener un poco o bastante más que el promedio, es manifestación de una terrible inequidad. Es lo que los revolucionarios marxistas llamaban "expropiación": no se robaba un banco, por ejemplo, sino que se les expropiaba a los capitalistas una parte de la plusvalía que la burguesía había atracado desde tiempos inmemoriales a los proletarios. Ergo, cuando todos tengamos lo mismo -especialmente de manera estadística- no habrá delincuencia en Ecuador. No habrá necesidad de reprimir a nadie, ni de llenar las cárceles, porque nadie se verá tentado a robar a otro lo que simplemente -y gracias a las estadísticas de la Revolución ciudadana, y a Carlos Marx (pero) Carrasco- no tiene. Así de simple...

El presidente seguramente piensa, cuando usa las estadísticas, en esa frase de George Bernard Shaw: la estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos carros y yo ninguno, entonces los dos tenemos uno... Ahora Correa dirá que con su estadística los robos y asesinatos han disminuido, aunque al frente de su casa estén matando o robándole a alguien.








viernes, 17 de junio de 2011

Homenaje a papá

Permítanme dedicar este blog a la Memoria Ilustre de mi papá, Segundo Pedro Macías Cantos.

Segundo Pedro -tal como lo llamaban amigos y adversarios- nació en Portoviejo. Y aunque él nunca dio una fecha precisa de su nacimiento, con mi hermano Óscar la hemos fijado entre 1890 y 1891, tomando como referencia que fue reclutado para pelear por las tropas del gobierno en la guerra civil que lideró Carlos Concha, después del asesinato de Alfaro, en 1912. De modo que si en esa época la mayoría de edad se alcanzaba a los 21, su nacimiento bien pudo darse entre los años indicados. Este dato biográfico solo lo menciono porque es muy importante para comprender el entorno que debió superar, y que lo empujó a quedarse en la entonces parroquia Sucre del Cantón Jipijapa, a la cual llegó en diciembre de 1927, cuando quizá frisaba entre los 35 y 36 años.

Es que siendo don Pedro Macías Loor, su padre, miembro de una de las familias más reconocidas de la capital manabita, el hecho de no ser "hijo de matrimonio" lo marcó; al punto que Segundo Pedro fijó su rumbo de hombre pensando no en lo que quería ser, sino en lo que no quería ser... Y encontró en la música un elemento de reconocimiento social, en la pequeña ciudad que era el Portoviejo de principios del siglo XX. Entonces fue querido y reconocido por sus hermanos, de los cuales evocaba con especial afecto a Aparicio, tempranamente muerto a causa de la tuberculosis. Pero seguramente -esta es una inferencia mía- a sus 35 años Segundo Pedro llegó a la conclusión de que si debía buscar un lugar para realizarse, ése no era Portoviejo, porque ahí se le ofrecía lo que él no quería ser.

Entonces aprovechó que con su grupo de música fue a animar una fiesta en Sucre, y que con este motivo le pidieron quedarse impartiendo clases de guitarra a los jóvenes de la alta sociedad sucrense, para tentar a la aventura y hacer allí, en un pueblo tan cercano (apenas 30 km. de distancia) y tan lejano a la vez, (el trayecto tomaba por lo menos medio día, mitad a caballo y mitad en el tren que iba de Portoviejo a Santa Ana), lo que él quería ser: dueño y señor de sus actos. Dueño y señor de su destino.

De papá admiré dos aspectos de su carácter. El primero, su perseverancia. Fue autodidacta, pero no creo que lo fuera solo porque quería leer y escribir, sino porque entendió, con su innata alma de músico, que los valores se defienden primero con el intelecto. Y para ser intelectual hay que ser antes que nada, perseverante; es decir cultivar la firmeza de carácter como antídoto para las dificultades. Por esto me pareció un espíritu prometéico: era capaz de tentar con insistencia a los que usaban cualquier forma de poder en beneficio personal, evidenciando los engaños de que se valían para sus fines. Era irreverente.

La otra faceta de su carácter que admiré fue su aguda capacidad de observador, nunca carente de malicia; ni de esa fina ironía con la que evaluaba hechos, circunstancias y personas. Pero para ejercer esa capacidad, hacía falta ser un hombre bien informado: y lo era. Cuando no había televisión y la onda corta era un prodigio de la tecnología de la comunicación, se pasaba horas escuchando los debates en el Congreso, especialmente si se trataba de una interpelación a algún Ministro.

Y por eso de ser perseverante y observador, manejó su comercio de manera exitosa; y mientras lo hacía desafiando un medio adverso para él, por ser "afuereño", se empeñó en conducir el proceso de cantonización de lo que hoy es "24 de Mayo", y se convirtió en referente de la política local, (fue Jefe Político del Cantón, Presidente del Concejo y Primer Jefe del Cuerpo de Bomberos)

Como padre, Segundo Pedro era un conductor lejano pero muy atento al camino que sus hijos cruzábamos. La lejanía era una manera de respetar el desarrollo intelectual de sus hijos, sin dejar de ser severo a la hora de pedir rendición de cuentas. Por lo menos en mi caso, nunca cuestionó mi decisión de estudiar ingeniería y no leyes, (a lo que parecía estar predestinado). Ya en el umbral de la adolescencia trataba a sus hijos "de hombre a hombre". No se si leyó a Freud, pero nunca demostró preocupaciones por las actividades sexuales de sus hijos; y más bien banalizó la cuestión para no convertirla en el centro de frustraciones presentes o futuras.

De pequeño, sentía cierta ansiedad ante él. Hasta que un día, consumido por una fiebre terrible, desperté sintiendo en mi frente sus manos suaves, y en su mirada una gran preocupación: qué quieres, me preguntó, ¿el cura o la moneda? Y yo, absorto, sin entender a qué se refería le dije: que me curen. Tocándome la cabeza y sonriendo replicó: entonces no quieres ni al cura ni a la moneda. Y ambos reímos. Yo, sin saber por qué. Pero lo cierto es que en la noche ya estaba sin fiebre. Tenía 10 años. Al año siguiente, 1961, fui al Colegio Olmedo. Llegué acompañado por él. En el camino, transitando las polvorientas calles de
Portoviejo me contó el significado de la pregunta de escoger entre el cura y la moneda. Nunca le dije que mi hermana Rina ya me la había explicado. Pero ahí, en ese instante, sentí que habíamos trabado una amistad, que se mantuvo -a veces con altibajos de mi parte- a pesar de haber reprobado dos cursos en la secundaria.

Cuando murió, el 20 de enero de 1976, ya habíamos consolidado esa amistad, matizada con comentarios de política nacional y con esos sabrosos chascarrillos de trastienda que le solía conversar, para darme aires de que estaba en todas las jugadas, que sabía la última del gobierno y que podía pronosticar hasta su caída. Así ocurrió la última vez que lo vi con vida. Yo había ido a pasar el fin de año a Sucre, un poco despechado por el amor. Y mientras fumábamos cigarrillos "dorado" -cuya envoltura le evocaban viejos tiempos- le dije que la caída del dictador Rodríguez Lara era solo cosa de tiempo. Regresé a Guayaquil y cuando el 11 de enero fue sustituido Rodríguez Lara por un triunvirato militar, en una nota que me escribió resaltó lo acertado de mi pronóstico. Fue lo último que me escribió.

Yo he procurado ser papá, ejerciendo la misma visión de la vida que Segundo Pedro me enseñó. Ojalá mis hijos la entiendan con la misma fuerza que la entendí y practiqué...




martes, 14 de junio de 2011

Análisis y Perspectivas

 

¡BENDITA PRENSA CORRUPTA!

 

¿Qué pasaría si la prensa independiente no hubiese informado –y comentado- respecto a la pretensión del gobierno de crear nuevos impuestos?  La respuesta es simple: el gobierno habría castigado a la ciudadanía con tarifas eléctricas más altas y nuevos gravámenes. 

Este es un  tema que motiva por lo menos dos reflexiones fundamentales; a saber:

(1)    Los usuarios del servicio de energía eléctrica no tendrían la oportunidad de conocer en detalle, los alcances de la medida que buscaba -bajo el pretexto de quitarle el subsidio a “los pelucones”- modificar la estructura tarifaria, en perjuicio de los abonados de la costa que, en promedio, utilizan mucho más de los 500 kw en que el CONECEL fijó el piso del consumo eléctrico.  Y la prensa independiente, de manera general, abrió sus espacios para que la gente cuestione la validez de ese ajuste, expresando la inconformidad y el malestar que les provoca.  Ahora el régimen y sus voceros, que tan seguros parecían argumentando que siendo ésta una medida “contra los ricos” en nada afectaba a los pobres, debió dar marcha atrás y         –según se sabe- decidió subir el piso del consumo a 700 kw.  Sintió que no podía imponer su voluntad.

(2)    Los severos reparos al pretendido impuesto a las fundas y a las botellas plásticas, por lo menos hasta el momento también ha hecho retroceder a los inspiradores de ese tributo, disfrazado con torpeza y cinismo de ser un “impuesto verde”.  Es que resulta muy difícil convencer a los consumidores, que es más fácil concurrir a los supermercados con canastas, en lugar de recibir en esos establecimientos fundas de material plástico para transportar los bienes adquiridos.  También sintió que no podía –a pesar de la alta capacidad de coacción de Carlos Marx Carrasco y su aparataje del SRI- hacer valer su sola voluntad.

No me voy a detener en el análisis de estas propuestas. Ya habrá tiempo para ello. Las menciono únicamente para destacar que si los medios de comunicación privados fueren controlados de manera absoluta por el gobierno, esos espacios de información y opinión no estarían disponibles para que los ciudadanos expresaran su disconformidad. Y por lo tanto, lo único que restaba bajo esas circunstancias, era aceptar resignadamente las nuevas tarifas eléctricas y los nuevos impuestos, bajo la uniformidad de pensamiento que impone la prensa estatal.  Así pasa en Cuba, por ejemplo…

Seguramente en su próxima sabatina, el Presidente Correa arreciará sus ataques a la prensa no oficial, con ese telón de fondo de llamarla “corrupta”.  Pero los ecuatorianos debemos meditar en que gracias a esos medios de comunicación independientes,  fue posible  –no se si temporal o definitivamente- derrotar la avidez tributaria del régimen hábilmente enmascarada en “ impuestos verdes” o en aumento de las tarifas eléctricas para afectar “solo a los pelucones”. 

Los espacios de la prensa libre impidieron, por lo pronto, que se consume un nuevo ataque a la ya alicaída economía popular. Y aunque desconozco por cuanto tiempo durará la “detente” ese solo hecho, única y exclusivamente ese hecho, hizo sentir con fuerza de evidencia irrefutable, la diferencia entre la prensa oficial y la prensa independiente en manos de la empresa privada.

¡Bendita “prensa corrupta”!

 

sábado, 11 de junio de 2011

Análisis y Perspectivas

¡PROHIBIDO OLVIDAR…! (1)

Al parecer, nadie quiere recordarle al Presidente Correa lo que muchos sabemos: que en su entorno hay personajes que en su momento formaron parte de los círculos de poder de la “partidocracia”.

Los casos más clamorosos son los de Alexis Mera e Ivonne Baki.  Lo de Mera ya ha sido motivo de un sinnúmero de comentarios, y uno nuevo sería como llover sobre mojado. Pero en el caso de la Sra. Baki, hay una especie de mezcla lujuriosa entre el cinismo acomodaticio de la dama, y la insaciable sed de poder que demuestra el Presidente Correa.

En efecto: uno de los políticos más atacados por el Presidente Correa es, ni más ni menos, Lucio Gutiérrez.  Y la Baki fue una de sus ministros clave.  Seguramente fue la que le “dio proclamando” ser el mejor amigo de Estados Unidos, cuestión por la cual Correa dice sentir “verguenza ajena”.  Pero a despecho de tal sentimiento vergonzoso, Baki es la embajadora especial que sirve al régimen correísta buscando ante gobiernos foráneos, auspicio para la iniciativa de no explotar los campos petroleros de Yasuní.

Hoy, en su alocución sabatina, Correa la presentó como la persona que se atreve a tirarle de las orejas, dizque por su preferencia a darle énfasis al Plan B (que consiste en iniciar la actividad petrolera en los campos de Yasuní si hasta Diciembre próximo no se obtienen compromisos de desembolsar un fondo compensatorio).  Y ella lo hizo, con su voz dura, de mujer de mundo, que seguramente subyuga a los halcones anticapitalistas y a las palomas ambientalistas del régimen. En un momento de su participación, temí que por haberse atrevido a interrumpir al Presidente, recibiese de éste una reprimenda o un gesto de desaire. Tuve la sensación de que mucho se contuvo Correa para no hacerlo…

Pero viéndola ahí, radiante, exultante, como desafiando -con su porte de mujer perteneciente al alto mundillo de la aristrocracia criolla e internacional- junto al círculo de poder que rodea sábado a sábado al Presidente, recordé haberla visto con el mismo aire desafiante, con el mismo aire exultante, con el mismo aire de mujer de mundillo, en uno de los balcones de Carondelet justo en los momentos previos a la vergonzosa fuga en helicóptero de Lucio Gutiérrez, gestada en las calles quiteñas por los “forajidos”, entre quienes precisamente estaba Rafael Correa Delgado.

Claro: Baki fue ministra de Gutiérrez. Baki fue la más entusiasta animadora de las negociaciones del TLC con Estados Unidos, (que para Correa es mala palabra, algo simplemente inaceptable bajo cualquier denominación y forma). Baki fue la que trajo al Ecuador la elección de Mis Universo, (evento objeto de la sorna del Presidente Correa)…

…y ahora, es nada más ni nada menos, que Embajadora de Correa, para negociar su más preciado plan ambientalista, por lo que Baki hoy, 11 de junio de 2011, no dudó en augurarle que obtendría el Premio Nobel de La Paz. 

No sé si pensar mal de Correa o de Baki. O de Gutiérrez.  Pero lo que sí me consuela es que en verdad, está prohibido olvidar…

sábado, 4 de junio de 2011

Análisis y Perspectivas

¿Se siente usted representado por el Sr. Guadalupe?

Análisis y Perspectivas

Guadalupe es el Presidente de la Comisión Ciudadana de Selección, encargada del proceso de designación del nuevo Fiscal General.

Confieso que no sé si me causa más angustia que compasión, su mirada perdida detrás de los gruesos cristales de sus anteojos. Porque lo que logra transmitir este ciudadano en sus comparecencias públicas, no es sino la actitud de alguien que está ahí, para cumplir un papel que él exactamente no sabe qué es, ni a quién beneficiará, ni a cuántos perjudicará, ni lo que dejará sembrado en el proceso que la Revolución Ciudadana ha inventado para “despolitizar” las designaciones de funcionarios, que antes eran elegidos por la Función Legislativa. Es como la res que va al sacrificio…

Mientras escribo trato de recordar el nombre del Sr. Guadalupe. Y no logro traerlo a mi memoria. Y eso es lo de menos, porque basta saber su apellido para darse cuenta que el ensayo del denominado Quinto Poder, inventado por la Constitución de Montecristi, se encamina a ser un estruendoso fracaso.

Lo primero que salta a la vista de la gente común y corriente, es que por lo menos esa Comisión Ciudadana de Selección, no representa a quienes dice representar: a los ciudadanos.  La democracia representativa se basa precisamente, en la certeza de que quienes actúan en los distintos órganos del poder público, lo hacen legitimados por el voto universal, directo y secreto de sus conciudadanos.  Entonces las equivocaciones, errores y omisiones de esos representantes, son finalmente juzgadas a través de las elecciones, pues ahí ejerce la ciudadanía su inapelable veredicto.

Pero al señor Guadalupe y a su Comisión, ¿quién les pide cuentas? Al no contar con un mandato directo del pueblo soberano, tampoco están obligados a enfrentar el juicio de sus presuntos representados.  Ergo, sus actuaciones son totalmente irresponsables.

Muy distinto era cuando las designaciones de Contralor, Fiscal General, Procurador del Estado, Defensor del Pueblo, o de los Superintendentes de Compañías y de Bancos, nacían de la Función Legislativa. Que entonces tales nombramientos eran muñequeados por la partidocracia, en maridaje con otro tipo de intereses, nadie lo duda. Pero esa era la excepción. Merecía apenas correctivos para asegurar la transparencia de la designación. Por ejemplo, que las ternas para dichos cargos salieran de propuestas del Ejecutivo, y fueran sometidas a audiencias de evaluación de los nominados, para examinar abiertamente sus méritos para ocupar las funciones a las que pretendían ser elegidos. Al final, los posibles errores podían ser corregidos y la opinión de la ciudadanía condenando un mal manejo de las designaciones, se expresaba en las urnas. Así funcionan las democracias.

Ahora, en nombre de la democracia que trata de instaurar la Revolución Ciudadana, el trámite para estas designaciones es embrollado; las calificaciones de los méritos de los aspirantes está sometida a lo que un aspirante a Fiscal denominó como feria de puntos; y lo más seguro es que cualquiera que salga elegido Fiscal General, quedará tan menoscabado, que difícilmente contará con la aceptación general de la ciudadanía. He ahí el resultado de la novelería del Quinto Poder…

Yo no me siento representado ni por el Sr. Guadalupe, ni por los demás miembros de la Comisión Ciudadana de Selección, peor por el Consejo de Participación Ciudadana, para elegir al Fiscal General, al Procurador, al Contralor y a todos los altos funcionarios del Estado que según la Constitución de Montecristi le corresponde designar. Hubiese preferido que lo siga haciendo la Función Legislativa. Al fin y al cabo, está integrada por verdaderos representantes de la ciudadanía, surgidos de un acto electoral libre. 

Pero el señor Guadalupe…

viernes, 3 de junio de 2011

La arremetida

Al igual que Kirchner -y Chávez y Evo, cada cual en su momento- el Presidente Correa ha hecho de la prensa libre su objetivo mayor.

La arremetida contra EL UNIVERSO, apelando de manera burda a un caso ya juzgado, solo con el propósito manifiesto de sostener el sofisma de que es necesaria para la salud de la sociedad, impedir que los propietarios de medios de comunicación ejerzan otra actividades empresariales, demuestra que Correa está dispuesto a llevar su guerra personalísima con los medios de comunicación del país, hasta un punto sin retorno.

Pero, ¿cuál es la razón de fondo para que Néstor y ahora Cristina; Hugo; Evo y Rafael, demuestren tanta animosidad contra la prensa?

La respuesta es sencilla, pero tiene mucho condumio: todos ellos pretenden imponer la verdad oficial como la única fuente posible para referirse a la realidad. Ese es su común denominador. Cualquiera que intente apelar a una versión diferente del acontecer nacional, o haga una interpretación de fenómenos sociales que no se ajuste a los esquemas minuciosamente trazados para consolidar el poder hegemónico que buscan ejercer, es un disidente; y por ser tal, representa los valores que creen combatir; y, por lo tanto, le arrebatan su legitimidad.

Sobre esta razón de fondo hay que centrar el enfoque. Entonces no hay que dejarse arrastrar a la maniobra artera de presentar un acto empresarial -cualquiera- como una mancha descalificadora, útil en el cometido de arrebatarle autoridad y vocería a un medio de comunicación, porque esa será la trampa en la que enredarán el debate de la ley que tramitará la Asamblea para viabilizar lo que se aprobó en la Consulta Popular del 7 de mayo.

La cuestión de fondo es que Correa y sus asesores ya advirtieron que tal como plantearon las preguntas 3 y 9, el escaso voto favorable que obtuvieron al respecto no les permitirá hacer lo que desean: someter a la prensa independiente, incluso sobrepasando los alcances del mandato electoral. Someter a la prensa quiere decir impedirle que denuncie negociados; reducirle su capacidad de cuestionamiento y de investigación periodística para que sea algo así como la Comisión de Fiscalización de la Asamblea; y al mismo tiempo convertirla en instrumento intimidado -o sea, dócil- de intimidación social. Entonces para eso y solo para eso, han comenzado su ataque con virulencia, porque no quieren apostar en vacío. Me explico:

Si se legisla para prohibir que "las empresas de comunicación privadas, de carácter nacional, sus directores y principales accionistas, sean dueños o tengan participación accionaria fuera del ámbito comunicacional", se consumaría un acto legislativo de nulidad absoluta, pues tal norma vulnera garantías y derechos básicos establecidos en la Constitución, como el de la igualdad ante la ley: su vigencia daría a los medios públicos un tratamiento discriminatorio, en perjuicio de los privados. Esto también está prohibido por Acuerdos Internacionales de los cuales Ecuador es suscriptor. Y en cuanto a la creación del Consejo de Regulación prescrito en la pregunta 9, este tampoco es el problema: el problema reside en que Correa quiere convertir a ese Consejo en una dependencia suya. Tamaña pretensión el país no se la permitirá. Como tampoco se la permiten -otra vez- Acuerdos Internacionales.

Los asesores y funcionarios del régimen que son expertos en materia de guerra de comunicación, creen que no tuvieron todo el éxito electoral que esperaban el 7 de mayo, porque no fueron contundentes en atacar a la prensa y en especial a medios como EL UNIVERSO. Buscando esa contundencia es que se han lanzado a la tarea de escarbar en el juicio sobre la antigua Terminal Terrestre, sin importar los agravios que en el camino sembrarán. Tienen el apoyo del Presidente Correa, que no sabe por dónde descargar su frustración de mitómano, al no dársele la paliza de votos con que vaticinó derrotar a sus adversarios en la Consulta.

Y este es el nuevo capítulo de la guerra que librará -conforme lo anunció en su discurso de posesión presidencial- contra lo que ahora llama el "estado de opinión". En esa arremetida -al parecer- no dará ni pedirá cuartel. Al menos que la ciudadanía se mueva y le exija, apelando a ese vehículo eficaz de varias ruedas, que son las redes sociales, que se frene. Que se dedique a gobernar. Que en definitiva se olvide de sus guerras personales. Que deje la mitomanía. En fin, que asuma su rol de Estadista, (no porque sabe estadística, sino porque tiene que comportarse como un Dirigente del Estado ecuatoriano)

Pero de algo estoy seguro: la mayoría de ciudadanos no quedará cruzada de brazos, mirando cómo el poder hegemónico se consolida, incorporando a su lista de "medios públicos" a EL UNIVERSO.