Es demasiado temprano para juzgar lo que será el pontificado de Francisco.
Pero ya hay señales para destacar que su prelatura será una de las más emblemáticas de los últimos tiempos, porque le ha podido imprimir -en apenas una semana- el sello de la humildad y de la compasión, tan propios del cristianismo.
Alguien me decía hace unos días, que seguramente Francisco era producto del marketing vaticano para utilizarlo como recurso frente a la "crisis" del catolicismo. Y yo le respondía -a esa persona muy querida para mí- que si los Cardenales hubieren elegido un Papa con características similares a las de Benedicto XVI, con toda seguridad no faltarían los que señalaran tal elección como otra evidencia de que la Iglesia no puede salir de los difíciles momentos por los que atraviesa. O sea, palo porque bogas y palo porque no bogas...
A mí, al principio me causó mucha inquietud la elección de un cardenal argentino. Confieso que en eso pesó mucho el prejuicio natural que los argentinos han sabido crear respecto a su forma de ser. Creo que mucha gente pensó lo mismo, por lo menos en esta parte de Latinoamérica, donde hemos tenido que sufrir la tan acentuada pesadez de algunos argentinos. Pero cuando lo ví pedir a los fieles reunidos en San Pedro que oren por él, su gesto me llenó el alma. Imagínense que todos los curas del mundo, en la Misa, pidan a la feligresía que oren por ellos: ese hecho crearía un auténtico compromiso de fe, porque los sacerdotes empezarían por reconocer que son seres humanos.
Y luego, cuando Francisco habló de la Compasión de Dios como signo de amor hacia la humanidad, simplemente ha planteado un esquema del catolicismo que lo acerca a la prédica de Jesus: amaos los unos a los otros. Y Francisco ha sabido perfilar un mensaje sencillo y conmovedor: el poder -ha dicho- es una forma de servicio a los humildes. Y ahí -en el servicio a los humildes, a los necesitados, a los pobres- está la esencia del mensaje que Cristo trajo al mundo. Sin esa lealtad a Jesús -ha señalado el flamante Papa- la Iglesia solo será una gran ONG...
Se puede ser católico o profesar cualquier otra religión. Incluso se puede ser ateo, (que para mí, es una forma extraña de amar a Dios, pero es al fin y al cabo, respeto hacia lo Divino). Pero de lo que no se puede dudar es que el mensaje del Papa Francisco es poderosamente refrescante, como para no perder de vista que tenemos una Misión de trascender en la tierra, cuya expresión más sublime es el amor.
miércoles, 20 de marzo de 2013
domingo, 10 de marzo de 2013
¿Condenados a repetir la historia...?
Una de las conclusiones más inquietantes del resultado electoral del pasado 17 de febrero, reside en advertir el comportamiento del voto de Guayaquil en especial y de la provincia de Guayas en general.
No es muy acertado creer, por ejemplo, que el triunfo de Rafael Correa en todas las líneas significa per se, el final irreversible de al menos 20 años de hegemonía social cristiana. No.
En primer lugar, ese triunfo tiene que ser leído como una victoria personal de Correa, pero sin excluir la incidencia del Prefecto Jairala para que la balanza se inclinara hacia el lado de PAIS, por lo menos en ciertas áreas rurales.
Pero además, la división por circunscripciones del electorado, le restó eficacia al monitoreo tradicional que la maquinaria socialcristiana -y también la del PRE y la del PRIAN- estaba acostumbrada a ejercer; y en cambio le dio a la maquinaria del régimen, toda la contundencia y sobre todo la inmensa ventaja logística que le permitió asegurarse un triunfo categórico.
Me detengo un poco en el análisis: esa estructura de los Comités que con ciertas variantes se había venido administrando más o menos con el mismo estilo desde los años de la CFP de Guevara Moreno y Assad Bucaram, ha sido innovada por una visión puntualmente clientelar, que la encadena de manera cotidiana hasta convertirla en el nexo permanente entre las aspiraciones de barrios y las respuestas que el gobierno les ofrece. Ya no se vieron las peleas por protagonismo entre Pierina y sus grupos -que tienen apetitos propios, con sus propios menús- y Patiño y sus grupos, (también con apetitos y menús propios).
Con este fin, han hecho una utilización eficaz de las redes sociales y de comunicaciones a través de internet. Así también contrarrestan cualquier efecto de las informaciones de la prensa, en especial sobre actos de corrupción qu pudieran afectar a los candidatos. Entonces, mientras todos los otros partidos se quedaron en el clásico Comité que funciona solo para la época de elecciones; el diseño de los estrategas del gobierno se basó en un concepto marketero: manejar cada conexión electoral como se manejan puntos de venta. Ahí estuvo la gran diferencia.
Ahora Correa no ha dudado en reclamar -ya como ganador indiscutible- el premio mayor: quiere la Alcaldía de Guayaquil. Yo creo que los guiños son para Jairala. Y que Jairala todavía nada dice, porque espera evaluar la magnitud de la caída de los socialcristianos y hasta dónde es verdad que Nebot ya no es invencible.
Si los socialcristianos (y Madera de Guerrero, -dicho sea de paso- no entiendo por qué se empeñan en mantener esa diferencia de tienda) se niegan a aceptar que no solo se enfrentarán a Correa, sino a una maquinaria electoral que es distinta en diseño y funcionamiento a la que ellos manejaron con relativo éxito hasta las penúltimas elecciones, estarán condenados a repetir la historia -aquí en Guayaquil- de la terrible derrota electoral que padecieron el pasado 17 de febrero.
Tienen apenas días para corregir.
¿Qué están esperando, cholitos?
No es muy acertado creer, por ejemplo, que el triunfo de Rafael Correa en todas las líneas significa per se, el final irreversible de al menos 20 años de hegemonía social cristiana. No.
En primer lugar, ese triunfo tiene que ser leído como una victoria personal de Correa, pero sin excluir la incidencia del Prefecto Jairala para que la balanza se inclinara hacia el lado de PAIS, por lo menos en ciertas áreas rurales.
Pero además, la división por circunscripciones del electorado, le restó eficacia al monitoreo tradicional que la maquinaria socialcristiana -y también la del PRE y la del PRIAN- estaba acostumbrada a ejercer; y en cambio le dio a la maquinaria del régimen, toda la contundencia y sobre todo la inmensa ventaja logística que le permitió asegurarse un triunfo categórico.
Me detengo un poco en el análisis: esa estructura de los Comités que con ciertas variantes se había venido administrando más o menos con el mismo estilo desde los años de la CFP de Guevara Moreno y Assad Bucaram, ha sido innovada por una visión puntualmente clientelar, que la encadena de manera cotidiana hasta convertirla en el nexo permanente entre las aspiraciones de barrios y las respuestas que el gobierno les ofrece. Ya no se vieron las peleas por protagonismo entre Pierina y sus grupos -que tienen apetitos propios, con sus propios menús- y Patiño y sus grupos, (también con apetitos y menús propios).
Con este fin, han hecho una utilización eficaz de las redes sociales y de comunicaciones a través de internet. Así también contrarrestan cualquier efecto de las informaciones de la prensa, en especial sobre actos de corrupción qu pudieran afectar a los candidatos. Entonces, mientras todos los otros partidos se quedaron en el clásico Comité que funciona solo para la época de elecciones; el diseño de los estrategas del gobierno se basó en un concepto marketero: manejar cada conexión electoral como se manejan puntos de venta. Ahí estuvo la gran diferencia.
Ahora Correa no ha dudado en reclamar -ya como ganador indiscutible- el premio mayor: quiere la Alcaldía de Guayaquil. Yo creo que los guiños son para Jairala. Y que Jairala todavía nada dice, porque espera evaluar la magnitud de la caída de los socialcristianos y hasta dónde es verdad que Nebot ya no es invencible.
Si los socialcristianos (y Madera de Guerrero, -dicho sea de paso- no entiendo por qué se empeñan en mantener esa diferencia de tienda) se niegan a aceptar que no solo se enfrentarán a Correa, sino a una maquinaria electoral que es distinta en diseño y funcionamiento a la que ellos manejaron con relativo éxito hasta las penúltimas elecciones, estarán condenados a repetir la historia -aquí en Guayaquil- de la terrible derrota electoral que padecieron el pasado 17 de febrero.
Tienen apenas días para corregir.
¿Qué están esperando, cholitos?
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