miércoles, 20 de marzo de 2013

El Papa

Es demasiado temprano para juzgar lo que será el pontificado de Francisco.

Pero ya hay señales para destacar que su prelatura será una de las más emblemáticas de los últimos tiempos, porque le ha podido imprimir -en apenas una semana- el sello de la humildad y de la compasión, tan propios del cristianismo.

Alguien me decía hace unos días, que seguramente Francisco era producto del marketing vaticano para utilizarlo como recurso frente a la "crisis" del catolicismo. Y yo le respondía -a esa persona muy querida para mí- que si los Cardenales hubieren elegido un Papa con características similares a las de Benedicto XVI, con toda seguridad no faltarían los que señalaran tal elección como otra evidencia de que la Iglesia no puede salir de los difíciles momentos por los que atraviesa. O sea, palo porque bogas y palo porque no bogas...

A mí, al principio me causó mucha inquietud la elección de un cardenal argentino. Confieso que en eso pesó mucho el prejuicio natural que los argentinos han sabido crear respecto a su forma de ser. Creo que mucha gente pensó lo mismo, por lo menos en esta parte de Latinoamérica, donde hemos tenido que sufrir la tan acentuada pesadez de algunos argentinos. Pero cuando lo ví pedir a los fieles reunidos en San Pedro que oren por él, su gesto me llenó el alma. Imagínense que todos los curas del mundo, en la Misa, pidan a la feligresía que oren por ellos: ese hecho crearía un auténtico compromiso de fe, porque los sacerdotes empezarían por reconocer que son seres humanos.

Y luego, cuando Francisco habló de la Compasión de Dios como signo de amor hacia la humanidad, simplemente ha planteado un esquema del catolicismo que lo acerca a la prédica de Jesus: amaos los unos a los otros. Y Francisco ha sabido perfilar un mensaje sencillo y conmovedor: el poder -ha dicho- es una forma de servicio a los humildes. Y ahí -en el servicio a los humildes, a los necesitados, a los pobres- está la esencia del mensaje que Cristo trajo al mundo. Sin esa lealtad a Jesús -ha señalado el flamante Papa- la Iglesia solo será una gran ONG...

Se puede ser católico o profesar cualquier otra religión. Incluso se puede ser ateo, (que para mí, es una forma extraña de amar a Dios, pero es al fin y al cabo, respeto hacia lo Divino). Pero de lo que no se puede dudar es que el mensaje del Papa Francisco es poderosamente refrescante, como para no perder de vista que tenemos una Misión de trascender en la tierra, cuya expresión más sublime es el amor.







1 comentario:

  1. Quizás la doctrina manejada por Francisco y su proceder,tiene que ver con el estilo y enseñanza Jesuita, desde Portoviejo lo saluda una persona formada por Jesuitas,de donde pude vivir los principales valores que imparten ellos,como lo son: amor,humildad,servicio y sabiduría...
    SER MAS PARA SERVIR MEJOR

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