Correa ha confundido los atributos físicos con los políticos; y eso ha pesado en la designación de una "joven y bella" mujer -según el gusto del Presidente- para que compita con Nebot por la Alcaldía de Guayaquil.
(Si usted quiere ser maligno en la interpretación, tal vez le daría la razón a Correa, porque pensaría que éste habría llegado a la conclusión de que SU anterior candidata a la Alcaldía no cumplía esos requisitos de belleza y juventud. Y que por eso perdió con una paliza electoral de tal contundencia, que terminó relegándola a un rincón del Ministerio de Transporte en el cual todavía sigue lamiéndose las heridas)
Pero en la política la belleza no tiene mucho que ver con las decisiones de los electores. En 1966, Assad Bucaram competía por una elección legislativa con Otto Arosemena Gómez. Don Buca era en verdad feo, rasgo que se le acentuaba por una lamentable deformidad física producto de alguna enfermedad. Y para sacarle ventaja a su desmejorada condición física, apabulló a Arosemena con el mote de Otto el Guapo y -para exagerar- decía que mientras él olía a agua y jabón de rosas, El Guapo se pintaba las uñas y tenía los sobacos perfumados. Don Buca ganó por largo margen esa elección, aunque Arosemena también arañó una diputación a la Asamblea Constituyente de 1966-67, en la que con un solo voto, le ganó la Presidencia de la República a Raul Clemente Huerta.
En estos días, la poco agraciada y no muy joven Angela Merkel ganó abrumadoramente las elecciones en Alemania, sobreponiéndose a los agoreros que la culpaban de la crisis europeaa por su manejo férreo de la economía del euro. Pero los alemanes, rigurosos como son para sus decisiones políticas, obviamente no la votaron para que vaya a un concurso de belleza, sino para que mantenga los éxitos que ha obtenido en 8 años de gobierno.
Es que en Ecuador como en cualquier parte del mundo, la gente se adhiere a los políticos porque ven en ellos un instrumento para cumplir sus objetivos ciudadanos. No votan a los políticos únicamente por jóvenes o por bellos. Los votan porque confían en sus ejecutorias, porque valoran sus experiencias, porque objetivamente constatan que sus condiciones de vida han mejorado y pueden mejorar más. Esto explica el voto favorable que ha cosechado el Presidente Correa a nivel nacional desde las elecciones de 2006. Y esto explica también el voto favorable que ha obtenido Nebot en Guayquil desde el año 2000.
En política, belleza y juventud pueden ser atributos deseables. Pero no son determinantes. Ni necesarios. Los guayaquileños que sabemos cómo era la ciudad hasta 1992, ¿votaremos por una propuesta en la que solo se advierte el interés del Presidente de la República de sentar en la Alcaldía a una empleada suya? ¿O conservaremos un gobierno municipal independiente, que no permita que le arrebaten a la ciudad su Puerto, como le arrebataron a la Provincia de Guayas sus balneariios más importantes?
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