miércoles, 14 de diciembre de 2011

ATRACCIÓN FATAL

Detrás de la solicitud de Vinicio para registrar en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual, (Iepi), las denominaciones 30-S y "prohibido olvidar", subyace una circunstancia que la llamaré -en el afán de resumir- de atracción fatal; porque es el mercado, tan odiado por el gobierno de Correa, el que ejerce una violenta seducción que ha terminado en la solicitud de registro mencionada.

Me explico: Vinicio ha hecho su fortuna no en el gobierno, como piensan los maledicentes, sino en el ejercicio próspero de sus aptitudes de publicista (doctorado incluido). Y la publicidad es el nervio vital que asegura la eficacia del mercado. La publicidad hace vender lo inverosímil, desde relojes para zurdos hasta preservativos para la lengua; desde cremas para eliminar las arrugas hasta fajas para reducir la panza; y desde camisetas deportivos ofertadas con la ilusa pretensión de que ahora sí seremos campeones, hasta dirigentes de clubes que medran de semejante pretensión.

Para ser más directos, el marketing tiene en la publicidad su herramienta creativa; y el marketing político ha hecho de la publicidad el principio y fin para explicar los éxitos o fracasos de candidatos y candidotes.

Pero no hay publicidad, ni mercado posible, sin propiedad. Y la propiedad intelectual -donde se protegen marcas, fórmulas magistrales, innovaciones tecnológicas, obras de arte y producción literaria- constituye uno de los capítulos especiales que el hombre escribió para protegerse del acecho de piratas y aventureros, que podrían copiar inventos y dichos, con el fin de venderlos como producción propia, perjudicando así de manera traicionera, los intereses del inventor.

El mercado es por antonomasia, sociedad capitalista. Ahí donde existe un mercado al que concurren libremente oferentes y demandantes, existe también el capitalismo. A diferencia del socialismo, donde los mercados no son libres, porque los bienes no se transan según la ley de la oferta y la demanda, sino conforme a las leyes promulgadas por el Estado en nombre del socialismo que ya es de todos y por lo tanto de nadie... O sea, no hay propiedad privada.

Ese mercado, para funcionar libremente requiere también de orden, cuyo guardian es el Estado. Es decir que el Estado no puede actuar como parte del mercado, ora ofreciendo ora adquiriendo bienes y servicios, sino como árbitro. Uno de esos mecanismos de arbitraje está en los registros de propiedad, tanto de bienes (edificios, terrenos, maquinarias, vehículos, animales, etcétera), como de las creaciones de la inteligencia, (o sea de la propiedad intelectual)

Desconozco qué esfuerzos intelectuales debió hacer Vinicio o la dependencia gubernamental que maneja, para pretender registrar en el Iepi las siglas 30-S y la expresión prohibido olvidar, como de uso exclusivo. Pero su solicitud y el proceso que se ha abierto para tramitarla, seguramente permitirá que los ecuatorianos entendamos que el 30-S se ha convertido en un producto de la revolución ciudadana. Y que prohibido olvidar, más que un desafío a la memoria del pueblo ecuatoriano, es una amenaza a su capacidad de recordar.

Al final de cuentas Vinicio ha sucumbido como publicista que es, a la atracción fatal que el mercado le provoca.

¿Cuantos nuevos ricos surgirán del beneficio que depare obtener esos registros del Iepi?
¿Reclamarán los chapitas, como co autores del 30-S la parte que les corresponda de esos beneficios? ¿Y la prensa corrupta, podrá reivindicar para sí el derecho que tiene sobre la memoria colectiva, porque al registrar los acontecimientos de la vida nacional, hace posible que sea prohibido olvidar?

Todos serán, sin duda, parte de la atracción fatal. ¡Alabado sea Vinicio!

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