sábado, 3 de diciembre de 2011

"GATOS QUE LADRAN"

Milton y Rose Friedman aluden en su libro "Libertad de Elegir", a un artículo del mismo título que lleva esta entrega, y de la autoría de uno de ellos, mediante el cual respondieron a quienes se pronunciaron respecto a su propuesta de eliminar la poderosa Agencia de Control de Alimentos y Fármacos (FDA). Su argumento central es muy simple: hay ciudadanos que creen que es admisible permitir que el Estado intervenga en su libertad de elegir, mientras la burocracia creada para el efecto, se comporte dentro de las normas que cada individuo considera conveniente.

"¿Qué pensaría usted de alguien que dijese: me gustaría tener un gato con tal de que ladrase. Pues precisamente su afirmación de que está a favor de la FDA con tal de que se comporte como usted estima conveniente, viene a ser lo mismo. Las leyes biológicas que determinan las características de los gatos no son más rígidas que las leyes políticas que determinan el comportamiento de una serie de oganismos estatales una vez que han sido creados"

Esto viene como anillo al dedo para analizar la "nueva" estructura del Estado que la Constitución de Montecristi consagró, bajo la pretensión de devolverle así a los ciudadanos, la facultad de participar en la conducción de los asuntos púbicos que les había arrebatado la partidocracia. Pero al cabo de casi 5 años de revolución ciudadana, todo ha cambiado para quedar igual. O para decirlo en palabras de los Friedman, se ha desafiado las leyes políticas que determinan el comportamiento de los organismos estatales, con el mismo desparpajo de quien quiere desafiar las leyes biológicas para oir a los gatos ladrar...

Los ejemplos más notorios de esta pretensión, están en el Consejo de Participación Ciudadana y en el Consejo de la Judicatura de Transición. Ambos tienen una misión trascedental: el primero, nombrar a los titulares de las Superitendencias y a los integrantes de organismos como el Consejo Nacional Electoral y la Corte Constitucional; mientras que al segundo le corresponde reestructurar la Función Judicial. Para cumplir esa misión, ellos dicen que actúan en nombre de los ciudadanos, o sea de usted, de usted, de usted y de mí.

No se si usted, usted, usted o usted lo haya hecho. Pero yo nunca como ciudadano, les he delegado semejante misión. Ellos se la tomaron por una decisión política de quien maneja el Poder Supremo de la República, es decir, del Presidente Rafael Correa. E invocando tamaña responsabilidad, designarán jueces, llenarán la Corte Constitucional y ya han nombrado Superintendentes, Fiscal y miembros del Consejo Nacional Electoral, entre otros altos cargos. O sea, están haciendo en corto, lo que la partidocracia hacía en grande.

"(...) usted reconoce que no puede asignar características a voluntad a los compuestos químicos y biológicos, que no puede pedir que los gatos ladren o que el agua arda. ¿Por qué razón cree que la situación es distinta en el campo de las ciencias sociales?", concluye Friedman.

Y yo le pregunto a usted, a usted, a usted, y a usted: ¿Por qué razón cree que ahora, en plena revolución ciudadana, los órganos de control del Estado actuarán de manera diferente a cuando los manejaba la partidocracia? ¿Será que quiere tener un gato, pero que le gustaría que ladre?

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