sábado, 21 de enero de 2012

La diferencia que Correa no dice

En su enlace de hoy, el Presidente Rafael Correa dijo que demandó a El Universo como ciudadano; y que el cambio de jueces en el proceso fue impulsado por la defensa del diario. Pero se acordó de olvidar dos hechos fundamentales, que hacen la diferencia entre lo que afirma y la realidad. Veamos:

Un ciudadano común y corriente cuando recurre a la justicia, no va a las audiencias respaldado por la fuerza pública para restringir el acceso de la otra parte e intimidar a los jueces. Y en el caso de Correa contra El Universo, todos vimos cómo fue tomado previamente el Palacio de Justicia de Guayaquil, para que el Presidente de la República llegase acompañado de sus colaboradores y amigos a la audiencia. No fue el ciudadano Rafael Correa. Fue el Presidente de la República. Y eso es entendible porque no se puede desdoblar. Pero además, no puede decir que demanda como ciudadano, cuando la sentencia se basa en el obsoleto e inconstitucional artículo del Código Penal que sanciona el desacato. Y el desacato no ocurre entre ciudadanos comunes y corrientes, sino entre uno o varios ciudadanos y quien ostenta la autoridad.

Y en cuanto al cambio de jueces, prohibido olvidar: cuando el juez Sierra se quejó de la prepotencia con que actuaban los abogados del Presidente de la República, fue de inmediato sancionado por el Consejo de la Judicatura, por una causa oscura; y ese mismo Consejo, buscó hasta que encontró a los "jueces golondrinas" que se prestaron para condenar al Diario, a sus directivos y al editorialista Palacio. Luego lo demás fue como coser y cantar: encontraron la sala que ratificara el fallo de Paredes, barajando varios jueces que no resultaban confiables para el ciudadano Correa, como Eduardo Guerrero -también oportunamente sancionado- y provocando la renuncia de Primo Díaz. Por si las moscas, ese mismo Consejo de la Judicatura no tuvo empacho en sancionar a la Presidenta de la Corte Provincial de Guayas, por haber llamado a los temporales, "jueces golondrinas", luego de que el mismo ciudadano Correa -ahora como Presidente- pidiera que la sancionen.

Estos hechos no son desconocidos para la defensa del Diario. Lo que en realidad me inquieta saber es por qué no rebaten por falaces, los argumentos de Correa. Prefieren, con el mismo ánimo suicida que han observado durante todo el proceso, pasar por alto todas las mentiras. Por esto, por lo menos deberían señalar cuál es la diferencia que Correa no dice, respecto a recurrir a la justicia como ciudadano común y corriente, pero apelando a todos los privilegios que le da el hecho de ser Presidente de la República y Jefe de las Funciones del Estado, como a él le gusta creer que es...

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