lunes, 27 de febrero de 2012

¿Y tanta bullaranga, para qué?

Concluyó el caso de EL UNIVERSO como tenía que concluir: con una retirada estratégica del gobierno del Presidente Rafael Correa, incapaz de sobrellevar la dura condena internacional que Ecuador estaba sufriendo, a causa de un juicio en el que jueces de por lo menos idoneidad cuestionable, favorecieron al ciudadano Rafael Correa.

Pero yo había decidido esperar esta etapa -que ya se la advertía, y que era conocida por muchos desde hace mucho tiempo- para presentarles un rápido análisis del artículo de Emilio Palacio, (NO A LAS MENTIRAS, El Universo, 2011-02-06) y establecer qué mismo fue lo que motivó el tan bullado enjuiciamiento.

Lo primero es el contexto: se trata del "chapazo" del 30 de septiembre de 2010. Y en este escenario, Palacio discurre en torno a la posibilidad -según dice, anunciada por el gobierno- "de perdonar a los criminales que se levantaron el 30 de septiembre, por lo que estudia un indulto". Frente a eso, Palacio se adelanta a rechazar tal beneficio en caso de ser incluido en el indulto, ya que alude haber sido mencionado por una de las cadenas informativas que el gobierno emitió respecto a la dicha rebelión, como "uno de los instigadores del golpe"... Y más adelante afirma: "Si cometí algún delito, exijo que me lo prueben; de lo contrario, no espero ningún perdón judicial sino las debidas disculpas" (por haber sido señalado en las cadenas del régimen como uno de los instigadores del 30-S)

Y aunque en su artículo 8 veces llama Dictador a Correa, también lo reconoció como "devoto cristiano, hombre de paz" evocando que por ser dichas virtudes suyas, "no pierda oportunidad para perdonar a los criminales. Indultó a las mulas del narcotráfico, se compadeció de los asesinos presos en la Penitenciaría del Litoral, les solicitó a los ciudadanos que se dejen robar para que no haya víctimas, cultivó una gran amistad con los invasores de tierras y los convirtió en legisladores, hasta que lo traicionaron"

Palacio sostuvo que hasta la fecha en que escribió su opinión, "(...), todas las 'pruebas' para acusar a los 'golpistas' se han deshilvanado". Y en favor de sus asertos habla de la inocencia de Fidel Araújo cuyos "acusadores tuvieron que sonrojarse ante la palpable demostración de que los chalecos blindados simplemente no se pueden ocultar".

En su argumentación Palacio sostiene que "El Dictador reconoce que la pésima idea de ir al Regimiento Quito e ingresar a la fuerza fue suya. Pero entonces nadie pudo prepararse para asesinarlo ya que nadie lo esperaba"; y concluye ofreciéndole "una salida: no es el indulto lo que debe tramitar sino la Amnistía en la Asamblea Nacional"

Y para abundar en su tesis remata con lo siguiente: "El Dictador debería recordar, por último, y esto es muy importante, que con el indulto, en el futuro, un nuevo presidente, quizás enemigo suyo, podría llevarlo a una corte penal por haber ordenado fuego a discresión y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente.- Los crímenes de lesa humanidad, que no lo olvide, no prescriben"

Hay exactamente 60 palabras en la última cita. Y ni en ellas, ni en las anteriores 507 de las que consta el artículo, encuentro -a más de frases duras contra el "dictador"- otro afán que el de refutar la verdad oficial, propio de un columnista claramente opositor al régimen.

La intencionalidad de Palacio es abogar porque en vez de indulto se tramite una amnistía a los acusados del chapazo. Pero en ninguna parte le dice al Presidente Correa, llamándolo por sus nombres y apellidos: lo acuso de haber cometido un crimen de lesa humanidad. Lo más cercano a eso está en la hipótesis mal construida, de que en el futuro, otro presidente de la República podría llevarlo a una corte penal "por haber ordenado fuego a discresión y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente". Y la alusión a que los crímenes de lesa humanidad no prescriben, es solo un recurso para ponerle énfasis a su razonamiento en favor de la amnistía.

Palacio pudo ser acusado de usar mal las reglas de la construcción gramatical. Y eso no requería hacer pasar al País por tanto bochorno. Ni dejar a los jueces de la nueva Corte Nacional, peor que palo de lora. Y al sistema nacional de Justicia en peor predicamento que cuando lo manejaba la "partidocracia"...

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