El rostro destemplado del Canciller Patiño no tardó en sustituir la expresión exultante con la cual celebraba el chucky fallo contra EL UNIVERSO, los hermanos Pérez, y Palacio. Como se sabe, lo que empezó como un rumor salido de entre los cortinajes y pasillos del palacio de Najas -sede de la cancillería que recibe su nombre de quien fue propietario original- pronto trascendió los mentideros de la política doméstica, para entrar en los dominios de las investigaciones antinarcóticos.
De manera que al Canciller no le quedó otra alternativa que salir a explicar el affaire un mes después de que ya se conocía en Italia: el descubrimiento de que se había utilizado la valija diplomática de Ecuador para introducir a ese país cocaína líquida, y que había motivado un operativo de la policía italiana en Milán, a causa del cual estaban presos un actor y un empresario ecuatoriano.
Esto ocurría en medio del fragor del juicio contra EL UNIVERSO. Pero después del perdón sin olvido, la cuestión pasó a primer plano. Y ahí ardió Patiño qué prestamente fue un Can-Ciller feroz, capaz de cualquier gesto destemplado.
Y ardió no porque era víctima de un linchamiento mediático -que en verdad es el riesgo mayor e inevitable, cuando se ejerce una función pública de la jerarquía que ostenta Patiño- sino porque hay muchos cabos sueltos que la investigación en Italia se encargará de anudar, hasta definir nítidamente esa singularísima cadena del narcotráfico desde el primero hasta el último y más inocente eslabón. Pero esa es una tarea policíaca, en la que no sólo pesarán las investigaciones locales sino que tendrá incidencia inocultable, todo cuanto determine la policía italiana. Asi es que no queda otra cosa que esperar.
Entonces el tema de fondo se contrae a dos interrogantes: ¿Qué idoneidad tiene el Canciller para manejar las relaciones internacionales, incluyendo el Comercio Exterior?; y ¿Cuánto afectará a la credibilidad de Ecuador este incidente?
Considero que la idoneidad del Canciller Patiño quedó seriamente lesionada, no solo por el hecho mismo -respecto al cual no creo que tenga responsabilidad directa- sino por la forma poco inteligente como pretendió manejar el caso: auto victimizándose, y culpando a la prensa del escándalo. Ahí perdió los libros. Y los perdió tal vez porque teme que se le aplique esa novedosa teoría penal que lo puede convertir en reo de autoría coadyuvante.
¿Cómo se sentirán los altos funcionarios de la Unión Europea, (que ha hecho de la lucha antidrogas, junto a Estados Unidos, una de sus principales preocupaciones), sentados en la misma mesa de negociaciones con el Canciller de un país desde el cual se ha trasladado hasta territorio de la UE, un alijo de coca en su valija diplomática? Creo que Patiño perdió toda idoneidad para cumplir sus funciones.
Y en cuanto a la credibilidad, la cuestión es muy simple: ¿Cuántos Cancilleres del mundo, conservan su representación a pesar de un escándalo de tanta magnitud, comprometiendo el buen nombre de su país? Y estos no eran los mismos que alzaban la voz para defender a Kadafi y al sanguinario dictador sirio Bashar Al-Assad?
Hace unos años, Fidel Castro se vio envuelto en un escándalo de tráfico de drogas que lo ahogó fusilando y encarcelando. Y mantuvo libre de sospechas a su revolución. No digo que Correa deba hacer lo mismo para mantener libre de sospecha su revolución, ya salpicada por sus relaciones con las FARC, que no son angelitos en materia de narcotráfico. Pero que tiene que hacer algo, es indudable.
¿Qué tal si decide reemplazar a las momias cocaleras, regresando a Najas a las momias cocteleras? Total, se trata de no temerle al Can-Ciller Feroz... Ni a toda ese cohorte de rabiosos que lo rodean!
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