sábado, 9 de junio de 2012

Ecuador y la OEA

Rafael Correa ha dicho que Ecuador abandonará la OEA si el organismo no cambia. Y para demostrar que no es únicamente una amenaza, su gobierno ha denunciado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR. Lo ha hecho acompañado por Bolivia, Venezuela y Nicaragua.

Entre las razones invocadas para salir del TIAR, está la de que cuando Inglaterra invadió a las Malvinas, el TIAR -encabezado por Estados Unidos- no intervino, pese a que uno de sus objetivos es defender a los países suscriptores ante agresiones extra continentales. El mismo Correa en su sabatina de hoy ha señalado que este Tratado fue inspirado en el fragor de la guerra fría, y que en la actualidad es obsoleto, lo cual es una verdad a medias, porque nadie sabe -por ejemplo- cuál sería la reacción continental si hubiere una amenaza inmninente de agresión motivada en los delirios de alguna potencia petrolera islámica. Tan es verdad a medias, que Argentina, siendo la agraviada, no ha apoyado la posición anti TIAR de Correa.

Pero lo de fondo es que el mandatario ecuatoriano junto a Chávez, Morales y Ortega quiere posicionar a la Unasur y a la Celac, como la plataforma anti yanqui que Cuba no pudo articular en los años 60 del siglo pasado. Todos ellos tienen como pretexto compartido el interés de manejar directamente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y, además, acallar la Relatoría de Libertad de Expresión, o cuando menos ajustarla a sus visiones hegemónicas del poder.

Entonces queda claro que el verdadero motivo de la posición ecuatoriana es anti Estados Unidos. Como lo es -dicho sea de paso- su comportamiento en la ONU para no condenar el genocidio en Siria; o como lo fue antes, con Gadafi. Correa dice que no puede ser anti Estados Unidos, porque él estudió en ese país y admira al pueblo estadounidense. Sin embargo, lo cierto es que Correa no perdona al gobierno de Obama por haber acogido las denuncias sobre los atentados a la libertad de prensa en Ecuador.

En resumen: La OEA mantiene a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Relatoría de Libertad de Prensa; Correa comparte con Chávez, Morales y Ortega su aversión a las indicadas Comisión y Relatoría; ergo, ellos quieren, invocando su calidad de ser titulares de los Estados miembros de la OEA, controlar así a la Comisión como a la Relatoría, que a su vez recibe el apoyo de Estados Unidos. En este escenario, es que intentan acorralar a Estados Unidos con la amenaza de que se saldrán de la OEA, si no se hacen los cambios que ellos quieren. Ya dieron el primer paso: abandonar el TIAR.

En la región, será difícil convencer a Chile, Colombia y Perú para que abandonen la OEA. Brasil posiblemente tampoco sea tan afecto a la idea, porque siempre necesita tener un medio de interlocución directa con Estados Unidos, siendo como pretende ser, el país más representativo de Sudamérica. Y Argentina, prefiere ser tercero o cuarto en una mesa de negociaciones con Estados Unidos, que segundón -detrás de Brasil- en América del Sur.

Además, en materia de negociaciones internacionales, nadie se juega el pellejo para defender posturas nacidas en resentimientos. Lo de Correa es solo eso

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