sábado, 24 de noviembre de 2012

El candidato Correa, el Presidente Correa

El Presidente Rafael Correa está actuando ya, como candidato. Su ventaja es prácticamente irremontable para los otros candidatos. Y esto, no obstante que la campaña para las presidenciales de febrero 17 de 2013, oficialmente tendrá inicio el próximo 4 de enero.

Pero, ¿necesita Correa de este tipo de prebenda para lograr su reelección? Yo creo que no. Me explico:

Primero, sus contrincantes no serán a la hora de la verdad, ni chicha ni limonada.

Por el lado de Lucio Gutiérrez, la cuestión está en algo muy simple: Correa es -como político- un fenómeno sucedáneo al que gestó el ascenso del Coronel al poder. Y en ese contexto ha sido eficaz, al punto que mientras a Gutiérrez su aventura del 21 de enero de 2000, apenas le sirvió para ganar las elecciones y mantenerse en el poder algo más de 2 años; a Correa, su también aventura con los forajidos que derribaron al coronel en 2005, le ha durado para mantenerse en el poder por más de un lustro. Un verdadero récord en la historia ecuatoriana.

El corolario es irrebatible: no había Correa posible sin Gutíerrez. Y no hay Gutierrez posible con Correa.

Por el lado de Lasso, su pasado de banquero lo ha condenado con mucha antelación. Yo diría que su candidatura quedó nonata. Y Alvarito ha pasado de ser papel chamuscado, a un auténtico papel quemado. Acosta y su izquierdismo no logran despegar: parecen pavos vigorosos que por más que aletean las alas, no logran despegar del suelo.

Los otros candidatos son irrelevantes. Ni siquiera están en la categoría de tiros al aire, como para medir su potencial con miras a las elecciones de 2016.

Segundo, Correa no tiene que debatir respecto a sus propuestas de gobierno. Es que todo el mundo las conoce: ejercicio hegemónico del poder; lucha contra la prensa independiente para nublar las denuncias de corrupción que se ven en algunas instancias de la administración; estimular la polarización entre pelucones y pobres, como un medio para cumplir aquella vieja máxima de "divide y vencerás"; y mantener un discurso antiempresarial, antimperialista, antizquierdista y antiderechista (antinebotista por excelencia), que de ahí todo lo demás viene por añanadidura, incluyendo sus relaciones de amor y odio con el PRE y los socialcristianos-MG.

Entonces, queda demostrado que no necesita el presidente candidato de entrar a la campaña electoral ejerciendo todo el poder de fuego que el ejercicio de la primera magistratura le pone a disposición.

Lo que el candidato-presidente está haciendo es algo muy simple: posicionarse como el único e indiscutido líder del Ecuador. Fuera de él nada es posible. Con su aquiescencia todo puede hacerse, tanto en la esfera pública, como en la de los negocios privados. Esa fue una fórmula que le dio resultados magníficos al Generalísimo Franco por casi 4 décadas. Y que Correa con las naturales salvedades de rigor, la ha aplicado exitosamente en los últimos 6 años, incluyendo esa tan cuidadosamente estudiada mala relación con la prensa y con la banca.



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