sábado, 2 de febrero de 2013

Mi hermano Óscar

Óscar nació exactamente 1 año y 24 días después que yo. Y desde entonces hemos hecho una muy buena amistad, matizada por los naturales desencuentros de la niñez y adolescencia.

Pero Óscar es, sin dudas, una de las personas que ha estado -con mi hermano Aurelio- más cerca de mí. Literalmente crecimos como mellizos. (Incluso, ahora de mayorcito, creo que subconscientemente me quedé de año en el colegio para terminar juntitos la secundaria. Y el problema fue que mientras él se graduó en enero, yo lo hice en abril)

Óscar es dueño de un espíritu muy parecido al de mi abuelo Avelino: es festivo, muy dicharachero, y diría que por eso toma la vida con calma y con mucha responsabilidad. Por ejemplo me gusta observar su desempeño profesional dedicado, que explica el aprecio de sus pacientes. Se de familias que han sido tratadas por él, desde los abuelos. Con esto no estoy insinuando que sea viejito, sino que empezó desde muy joven su apostolado de médico estudioso e investigador. Y eso le ha hecho acreedor a un gran prestigio.

Hace algún tiempo ocurrió que un señor me abordó para decirme que quería saber si iría al consultorio, porque había venido de "24 de Mayo" (así dice la gente -valga la digresión- confundiendo el nombre de la cabecera cantonal con el cantón; es como que usted dijera Guayas por Guayaquil), porque había venido de Sucre -decía mi ocasional interlocutor- a que les diera una consulta para él, sus hijos y nietos. Le quise seguir la broma, respondiéndole que ya me había retirado de la medicina y que me dedicaba a otros menesteres, pero desistí de esa chanza de mal gusto y muy afectuosamente le expliqué que me confundía con Óscar, que yo no más soy Enrique...

Pero desde entonces he pensado que si ya cuenta tres generaciones de pacientes (y hasta en una misma familia), quiere decir que son pocos los que se le han muerto.

Oscar nació el 2 de febrero de 1951. Está cumpliendo 62 añitos... Yo lo saludo con este blog, de mucho afecto y cariño, que lo comparto con ustedes. Perdóneseme el atrevimiento. Pero se trata de celebrar a mi hermano querido.

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